viernes, 30 de marzo de 2007

Semillas de sabiduría: Aequa mens

“Aequam memento rebus in arduis servare mentem, non secus in bonis”: mantener una mente equilibrada en las cosas difíciles, no solamente en las favorables (Horacio, Odae II, 3). Es la actitud mental que se sigue de la ataraxía que ya hemos comentado. Los monjes cristianos conocidos como “hesicastas” hicieron de esta recomendación su forma de vida: la búsqueda de la paz interior (hesyjía). Es también un ideal de vida hoy: mantener el equilibrio de nuestro espíritu en paz a pesar de los ríos en que navegamos.

miércoles, 28 de marzo de 2007

Semillas de sabiduría: Ataraxia

No solo el Buda nos ha llamado la atención acerca de que el dolor se genera en el deseo y sobre un camino para superarlo. Dentro de la tradición de los maestros que hemos venido comentando la ataraxía (tarásso: perturbar) es la actitud propia del sabio, del filósofo que hace una distinción entre lo que sucede – muchas veces inmanejable por nosotros en lo inmediato – y nuestra reacción emocional ante esos sucesos, la que sí podemos manejar, no permitiendo que nuestros impulsos y deseos nos agiten. El camino para lograr esta actitud pasa por enfrentar eficientemente las cosas que dependen de uno y no preocuparse (pre-ocuparse) por lo que todavía no llega. La importancia no forma parte de la esencia de las cosas sino que es una atribución que nosotros les hacemos. Ayuda a esto el cultivo de la areté personal, como fuerza o virtud que nos proporciona dominio sobre nuestras emociones en las que se funda nuestra atribución de importancia a lo que decimos suceder o acontecer, tanto en presente como en futuro.

lunes, 26 de marzo de 2007

Semillas de sabiduría: Areté

"Areté" tiene que ver con "áristos", "el mejor" y significa, doblemente, tanto la fuerza de quien hace lo mejor, como un ideal de vida que cumplir orientado al mejor comportamiento que es dable esperar de una persona. Tanto hombres como dioses tienen su propia "areté", y ésta viene definida en diferentes formas de acuerdo con diversos contextos culturales. Una es la "areté" del héroe homérico y otra la del noble campesino descrito por Hesíodo. Diferente la "areté" del hombre ático de la del dórico o jónico. El gobernante ateniense tendrá su "areté" ligada a actos de justicia y la del espartano o cretense a acciones de valor en defensa de la ciudad. Pero, en todos los casos, sintetiza un ideal de vida griego expresado en dos diferentes versos de la Ilíada: "aiéin aristéuein kái hypéirojon émmenai allón": es Glaucón que frente a Diomedes, en el campo de batalla, le dice que ha sido instruido por Hipóloco para "pretender siempre lo mejor y superar a todos"; Peleo da ese mismo consejo a su hijo Aquiles. Desde entonces hasta cada uno de los 30.000 corredores que cada año participan en la Maratón de Nueva York el primer domingo de noviembre, tras las huellas del mítico Feidípides, ese ideal de superación ha estado en el corazón de toda construcción personal que valga la pena.

domingo, 25 de marzo de 2007

Semillas de sabiduría: Palabra eficaz

La tradición en que se inscribe la sabiduría que comentamos es básicamente verbal, hasta el punto en que termina cayendo en una verbosidad que atrae las críticas de los autores herméticos posteriores. En la época de los maestros que hemos venido citando, la palabra es un lógos mestós tôn érgon: palabra llena de obras, eficaz. Palabra seminal, preñada de obras, que se instala en ti si la acoges y la cultivas y puede regenerarte. Es ése el sentido de las “semillas de sabiduría” a que me refiero en esta serie de postales.

sábado, 24 de marzo de 2007

Semillas de sabiduría: Introducción

Me propongo ofrecer en los días por venir una serie de cortos comentarios sobre las que llamo “semillas” de la sabiduría griega, romana y helenística como consejos de vida. El término “sabiduría” lo tomo en el sentido latino de “sapientia, sapida scientia”: sabiduría que es conocimiento o ciencia sabrosa, degustada, hecha vida. Serán algunos temas u orientaciones de la conducta que aconsejan los maestros del ocio a que hemos venido refiriéndonos anteriormente. Siguen siendo plenamente válidos en un mundo que en mucho se asemeja al de entonces. Os invito a conversar.

miércoles, 21 de marzo de 2007

Maestros del ocio: Plotino

Lycópolis (Egipto), 205 a 270 d. C. Plotino se establece en Roma donde llega a ser un reputado maestro de vida y sabiduría. Agrega a los acercamientos platónicos y neoplatónicos propios de esa época de helenismo tardío las orientaciones místicas recibidas con Ammonius Seccas en Alejandría, y que él practica y enseña. Nos dice que conocerse a sí mismo es conocerse no solamente como un hombre sino que en nuestra tendencia hacia el Otro, el Uno, que nos lleva más allá de nosotros mismos llevando lo mejor de lo nuestro: las tendencias de nuestra alma.

martes, 20 de marzo de 2007

Maestros del ocio: Zenón

Citium (Chipre), 320 a 250 a. C. Da origen, en Atenas, a la escuela de los filósofos estoicos, esto es, de quienes enseñaban en el pórtico de columnas (stoa poikile), que tuvo una gran repercusión en el mundo greco-romano. Enseña el desprendimiento: no atarse a las cosas ni a las personas ni a sí mismo, ni siquiera a la vida. Todo es transitorio y debemos estar en condiciones de abandonar cualquier cosa con serenidad.

lunes, 19 de marzo de 2007

Maestros del ocio: Epicuro

Nacido en Samos en 341 a. C. y muerto en Atenas en -270. La felicidad es fácil de obtener: atenerse a las necesidades básicas del cuerpo, que es el punto de partida y la llegada de todo. Debemos apartar los deseos ilimitados, más allá de las necesidades vitales: la riqueza, el poder, el lujo, los refinamientos, factores de inquietudes y crisis. El cuerpo es el lugar en que habita la serenidad.

domingo, 18 de marzo de 2007

Maestros del ocio: Aristóteles

Estagira, 484-322 a. C. Distingo como el mayor mérito de su pensamiento el haber sido el primero en pasar de la física a la metafísica. Si bien este paso se refiere a la ubicación de sus escritos: primero los referidos a la física, y luego otros “más allá de la física” (metá ta physiká) esta terminología resultó profética: las ciencias físicas se afanan hoy por llegar a lo que las supera, a lo que se encuentra más allá de los límites de esa ciencia. Hoy, los físicos trabajan en la teoría de las cuerdas, posible explicación “última” del cosmos: vibración, polaridad; “érgon – dýnamis”, acto y potencia, dijo Aristóteles traducido a lenguaje tomista.

sábado, 17 de marzo de 2007

Maestros del ocio: Diógenes

Sinope, 410-322 a C. Nos enseñó a vivir de acuerdo con la naturaleza, apartándonos de la civilización y de todo lo que implica vivir en sociedad. Ello nos permite no tener temor de nada. Es el mensaje de los “cínicos” (de kýnos, perro): el camino corto para la felicidad pasa por deshacerse de todo condicionamiento.

viernes, 16 de marzo de 2007

Maestros del ocio: Platón

Atenas, 427/28 a 348/47 a. C. Insiste en que el trabajo del filósofo es el de “restregar” las palabras para que salte de ellas la luz de las ideas que son sus semillas. A esto dedica su obra y es lo que enseña en la Academia que funda y que se mantiene viva por cerca de mil años en distintos puntos del mundo helénico.

jueves, 15 de marzo de 2007

Maestros del ocio: Sócrates

Atenas, 470 a 399 a. C. Platón y sus muchos discípulos recuerdan a Sócrates por su defensa de la palabra verdadera como fuente de serenidad. Es todo el trasfondo de su juicio y de su injusta condena a muerte: su convicción de que la palabra justa tiene en sí su propia recompensa: el hombre justo es feliz. Palabra verdadera es aquélla que dice simplemente lo que ella es, sin objetivos ni intereses desviados o estratégicos. Limpieza de corazón, limpieza de palabras, limpieza de obras y de vida.

miércoles, 14 de marzo de 2007

Maestros del ocio: Heráclito

Vivió entre 550 y 480 a. C. Sus escritos nos han llegado por fragmentos citados por quienes lo consideraron uno de los primeros maestros del pensamiento antiguo, especialmente por haber puesto de manifiesto la importancia del movimiento y del devenir. Es famosa su frase “pánta rhéi”: “todo corre”, todo fluye. No entras dos veces en el mismo río, enseña Heráclito; el ser es continuo movimiento, continuo cambio. Cuando fijas algo trastornas lo real. La vida y la felicidad consisten en saber manejarse en el río de la existencia, no a contracorriente sino que aprovechando el flujo mismo.

lunes, 12 de marzo de 2007

Maestros del ocio: Pitágoras

Nacido en Samos hacia el 570 a. C. y muerto en Metaponte hacia el 480. Fundó en Cecilia una comunidad de discípulos que vivían en torno a la filosofía y la mística, sin dejar por eso de lado las propuestas políticas. El pensamiento de esta escuela se propaga y se transforma, y llega hasta nuestros días con un fuerte carácter hermético. Es fama que fue él el primero en hablar del universo como un “kósmos”, esto es, un orden hermoso. El universo es para esta escuela algo explicable dentro de ese orden, a través de accesos propios de la razón, empleando una lógica simbólica. Se funda aquí un ideal de vida serena, ya que el sabio, escrutando ese orden, puede desligarse de las ataduras inútiles de la vida.

jueves, 8 de marzo de 2007

Maestros del ocio: Introducción

Si bien – como queda dicho – el concepto de “ocio” es típico del que podríamos llamar “humanismo antiguo”, esa antigüedad estaba muy lejos de ser pacífica. Fue una época muy violenta, mucho más allá de lo que puede ser la nuestra. Guerras, masacres, expediciones punitivas, esclavitud, tortura, castigos corporales. Había muy pocos islotes de libertad cívica en un ambiente en que lo habitual era la arbitrariedad del poder. Los viajes eras riesgosos, los mares llenos de piratas. La medicina débil, las epidemias muy frecuentes. En este ambiente, no parece extraño que los filósofos se hayan ocupado en la construcción de un castillo interior en el cual refugiarse, y se hicieron maestros en el arte de una vida ociosa, aislada de ese caos. Nos han transmitido estas enseñanzas en escritos de ellos mismos y de sus discípulos, y ahora pueden interesarnos cada vez más ya que los temas que tratan y nos proponen se refieren a asuntos que son nuestros hoy por hoy. Hay un mensaje que transmiten: se puede ser feliz a pesar de todo; paz del alma y del cuerpo, realización plena en los trabajos del ocio, y mucho más. Muestran múltiples caminos, y en una serie de postales que iré colocando aquí pretendo mostrar algunos de los mensajes de estos maestros del ocio.

Bibliografía: Roger-Pol Droit “Les penseurs antiques. Leurs leçons pour être heureux malgré tour » En : Le Point, Paris 13 juillet 2006, nº 1765 pp. 64-71

miércoles, 7 de marzo de 2007

Trabajo ocioso y trabajo servil

Ocio y servidumbre son conceptos que nos vienen desde nuestras bases culturales: el ocio designa la actividad de los hombres libres y la servidumbre marca la de quienes carecen de libertad. Hoy ya no hay (legalmente) siervos ni esclavos: todos somos libres. Pero, ¿lo somos? El desarrollo industrial ha promovido el trabajo asalariado y una nueva forma de servidumbre no obligada pero muchas veces inevitable: la que nos ata a un trabajo que no nos gusta nada más que porque lo necesitamos para tener los medios que nos exige una vida como la que acostumbramos (y deseamos) tener hoy. Se nos vienen encima las estructuras: la oficina, la legislación laboral, los sistemas de previsión que nos amarran a un ingreso para cuando nos “retiremos” y podamos disfrutar de una libertad tardía… si nos lo permite el parkinson. Pero es ésta una situación que podemos revertir: hacer que nuestro trabajo no sea servil sino que ocioso: libre más allá de sus estructuras, gozoso más allá de sus obligaciones, humano. Todo está en un cambio mental que nos proporcione herramientas para modificar actitudes y situaciones que no son tan inmutables como parecen. Hagamos de nuestra vida una apología del trabajo ocioso.

martes, 6 de marzo de 2007

Humanidades

Por el año 60 A. C. Marco Tulio Cicerón defendió en el senado romano al poeta griego Aulas Licinius Archias, avecindado en Roma y acusado de no pagar sus impuestos de extranjería. Cicerón pronunció en el senado su célebre discurso “Pro Archia Poeta” en el que arguyó que dada su calidad de artista, Archias aportaba mucho a la ciudad, y que se le debía eximir del pago de impuestos, lo que el senado aprobó. En un pasaje de su discurso, Cicerón entrega esta célebre alabanza de las artes o “humanidades” como hemos venido llamando a las obras del ocio: nos dice que “haec studia adulescentiam alunt, senectutem oblectant, secundas res ornant, adversis refugium ac solatium proebent, peregrinantur nobiscum, rusticantur – “estas ocupaciones alimentan la adolescencia y alegran la vejez, adornan las cosas benignas y nos proporcionan refugio y solaz en las adversas, caminan con nosotros, nos acompañan al acampo” ¿Si hiciéramos más “humanidades”? ¿Si hiciéramos de nuestras actividades “serviles” (las propias de quienes no trabajan para sí mismos) actividades ociosas?

lunes, 5 de marzo de 2007

Ocio y distracción

Hay quienes confunden ocio con distracción: una confusión. “Distraerse” es “dis-traerse”: llevarse a sí mismo fuera de lo que está haciendo, de lo habitual, de sus rutinas cuando éstas le resultan cansadoras. El ocio es concentración en un trabajo lleno de sentido y de paz, que no requiere distracción ninguna. El trabajador ocioso no se distrae porque la distracción lo saca de su trabajo dedicado y lleno de sentido en sí mismo: no tiene nada que buscar en distracciones.

domingo, 4 de marzo de 2007

Las condiciones del trabajo ocioso

El trabajo ocioso es trabajo de maestro artesano, y se realiza animado por dos condiciones naturales: el gozo y la perfección.
- Es trabajo gozoso, esto es, en comunidad y armonía con los materiales, las herramientas y los lugares. Un artesano de la palabra no escribe cualquier cosa con cualquier computador y programa en cualquier parte. Requiere condiciones que otorguen corazón a su trabajo.
- Es trabajo perfecto, per-factus, esto es, acabado, llevado hasta su natural terminación. Bien hecho. Esto remite nuevamente a tiempos y ritmos que anidan en el artesano mismo, en los materiales y herramientas que usa, y en los lugares en que realiza su obra.
El trabajo ocioso no es cualquier cosa: es obra de maestro. En la cocina, en la tierra, en la piedra o las palabras o las notas, obra maestra.

sábado, 3 de marzo de 2007

Horror al ocio

La primera reacción de alguien que vio esta apología del ocio fue decir "¡qué horror! dímelo cuando esté en la cocina". Nos cuesta entender que el trabajo, el buen trabajo, el que hacemos para vivir, es ocio. El ocio está lleno de trabajo, se construye con trabajo. Todo está en cómo trabajamos.

Ocio

El ocio es tarea de humanidad. Es hacerse tiempo para lo que más nos define: ser hombres a tiempo completo. Vivir, gozar, sufrir, cantar, amar sin esperar "tener tiempo" para eso en función de un retiro administrativo, sino que como forma de vida ahora. Al ocio como tarea se le oponen las tareas del no-ocio: el neg-ocio, que es negación del ocio. Todo pasa por una opción de vida.